martes, 30 de noviembre de 2010

LA CRISIS DE LOS EXTRAÑOS



LA CRISIS DE LOS EXTRAÑOS
Casi todos los bebés de seis a ocho meses pasan por la “crisis de los extraños”, caracterizada por el miedo y la inseguridad ante las personas y situaciones desconocidas. El pequeño se resiste con llantos y pataletas a todo aquello que suponga una novedad en su vida: un amigo de la familia, la escuela infantil, la nueva chica que acabamos de contratar… Llora cuando el papá o la mamá se alejan, si se despierta y descubre que no estamos allí y se angustia en las separaciones. Todo esto tiene su explicación. Y es que, será precisamente a partir de los seis u ocho meses cuando el niño comience a comprender que es un ser independiente de sus padres, antes era como alguien unido permanentemente a papá o a mamá. Pero conviene entender que este sentimiento no es tan negativo como pueda parecernos. Por un lado es natural. Y en segundo lugar, porque esta frustración que manifiesta nuestro bebé mediante el llanto le fortalece de cara al futuro, es evidente que aunque quisiéramos no podremos estar siempre a su lado.
En cualquier caso, no todos los bebés pasan por esta crisis. Hay niños que desde que nacen son muy sociables y cuando llegan las primeras separaciones no manifiestan ningún tipo de inseguridad o, si lo hacen, es de un modo paulatino y suave.
Aunque nos cueste la separación debemos acostumbrar a nuestro pequeño a estar con otras personas desde el primer día. Así no tendremos que renunciar a nuestras salidas de vez en cuando. Pasar unas cuantas horas con los abuelos o los tíos y primos puede ser una experiencia muy beneficiosa para nuestro bebé de cara al futuro.
Algunas veces dudamos en si despedirnos o desaparecer. La idea de que cuando papá y mamá salen por la puerta de casa es para no volver es de lo más habitual en los niños de esta edad. Para evitar los posibles llantos cada vez que vamos a salir sin él evitaremos desaparecer delante suya. Es mucho mejor dejarle entretenido con un juguete y luego salir. Cuando sea un poco mayor y tengamos que marcharnos le explicaremos que tenemos que irnos por un tiempo determinado y que después de una hora aproximada volveremos para estar con él.
Un sistema para que el niño empiece a comprender que las cosas no dejan de existir por el hecho de que desaparecer de la vista es jugar con él al “cucú-tras” o a ocultar  sus juguetes: tapando con un pañuelo sus peluches preferidos… Cuando los descubra se llenará de alegría e irá aprendiendo la lección. Si estamos pensando en llevar a nuestro hijo a la guardería y lleva una temporada un tanto inseguro y asustadizo no debemos preocuparnos pues en pocas semanas superará esta ansiedad y estará preparado para afrontar este nuevo cambio.
Acostumbrémosle cuanto antes a relacionarse  con otros niños. De este modo le habituaremos a ser más sociable y, por tanto, superará con más facilidad el miedo a los extraños cuando llegue el momento.
Esther Iglesias Durán
Directora Escuela Infantil MARAVILLAS